Rodrigo Pacheco
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Carlos Slim y la innovación

Mucho se escribió de la dimensión política de la entrevista de Carlos Slim, en donde el empresario mandó una potente señal como corolario del proceso de sucesión en el Consejo Coordinador Empresarial, posicionamiento que fue bien recibido por el Presidente, que incluso lo agradeció, no obstante, otro aspecto interesante de lo dicho por el magnate es su visión empresarial.


La visión de Carlos Slim está afincada en el concepto de la Tercera Ola que acuñó Alvin Toffler en 1980 y que, con un nivel sobresaliente de claridad, anticipó los fenómenos que observamos en las últimas tres décadas con la era de la información y en donde la educación y el conocimiento son el nuevo motor productivo de la humanidad.


Desde la conferencia en la que participó Carlos Slim con Felipe González en 2005, en el Foro Siglo XXI, que organiza cada año desde 2001 Arturo Elías Ayub con Telmex, el ingeniero hablaba de los países innovadores, sobre todo China.


En ese entonces, el pragmatismo y visión que comenzó con Deng Xiaoping dio lugar al mayor progreso económico en la historia de la humanidad con el surgimiento de China. En la entrevista de hace unos días con Carlos Salazar, Slim mencionó en varias ocasiones al país asiático, sin embargo, de la China de 2005 a la de 2022 hay una enorme diferencia, y es que el presidente Xi Jinping ha comenzado a estrangular la proyección e innovación de las empresas de su país para volver a poner como único centro de gravedad el poder político de Pekín.


La primera medida que tomó Xi Jinping en este sentido fue suspender la mayor Oferta Pública Inicial de la historia con Ant Financial, de Jack Ma, la cual iba a romper el récord de levantamiento de capital de Saudi Aramco y, al mismo tiempo, iba a fortalecer la Bolsa de Valores de Shanghái, haciendo un listado dual con la Bolsa de Valores de Hong Kong, primero se pensó que la suspensión fue la reacción a unos comentarios críticos que hizo Jack Ma por el exceso de cautela de los reguladores financieros del país asiático, pero en pocas semanas quedó claro que no se trataba de un hecho aislado y después hubo acciones en contra de Tencent, ByteDance, la dueña de TikTok, y varias más. En diciembre hizo un llamado para acelerar la regulación de las grandes compañías tecnológicas de su país, limitando su exposición a los mercados de Occidente.


El milagro de China debe ser matizado a la luz de los últimos tres años, en donde la concentración de poder que ha hecho Xi implica sacrificios en la innovación y la creación de un mundo distópico arraigado en la hipervigilancia que habilita la tecnología. El mejor modelo para la prosperidad tiene que ver con la capacidad de planear a mediano y largo plazos, como lo ha hecho China, pero en un contexto democrático, porque, sin democracia, el sistema económico no se puede autocorregir de los errores de un líder.


Un buen ejemplo de ello lo ofrece Estados Unidos, que de haber continuado con Donald Trump habría profundizado la visión industrial desfasada del siglo XXI, mientras que China no podrá sacudirse la visión centralista que afecta la innovación. En 2022, China no puede ser el modelo y menos al considerar los campos de trabajo forzado, en donde concentran a los uigures.


Otra clave de la visión de Carlos Slim es la admiración que tiene por las empresas tecnológicas, como Airbnb o Amazon, no obstante, si bien América Móvil es una empresa clave en la infraestructura del siglo XXI, las compañías de Grupo Carso no han sido una fuente de innovación tecnológica y, dada la visión y capacidad de ejecución que tiene Slim, esto es un misterio, aunque estoy seguro de que, con la sagacidad que lo caracteriza, debe tener un fondo de capital de riesgo de bajo perfil y un vehículo de inversión con acciones en varios emprendimientos tecnológicos.

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