En abril, el dólar interbancario se cotizó en promedio en 16.80, lo que significa una apreciación de 7.3 por ciento comparada con abril del año pasado, y ello genera preocupación en el sector exportador debido a que pierden competitividad o margen de ganancia con una moneda más cara. Sin embargo, los datos de la balanza comercial muestran que México ha mantenido su competitividad. En abril, las exportaciones mexicanas crecieron 11.4 por ciento en comparación anual. Los datos de la balanza comercial ayudan a entender los errores, los aciertos y las oportunidades para la economía mexicana.
EL FRACASO
En esta administración se han destinado muchos recursos a una visión petrolera obsoleta. Se invirtieron de manera opaca más de 20 mil millones de dólares en la refinería de Paraíso, Tabasco, con el resultado de que va más de dos años tarde en su objetivo de comenzar a refinar el primer barril. Al destinar recursos limitados en una instalación cara que no era lo prioritario, ocurrió lo obvio: la plataforma de producción y exportación disminuyó, como lo demuestran los datos. En abril, las exportaciones petroleras cayeron 17.5 por ciento, a pesar de que el precio del barril de exportación fue más alto que hace un año, lo que refleja una disminución de 32 por ciento en el volumen exportado. Todo ello sin considerar que uno de los mayores desafíos que enfrentará la próxima presidenta de México será el refinanciamiento de los bonos de deuda de Pemex y el pasivo laboral de la empresa productiva del Estado. En ese contexto, el secretario de Hacienda, Rogelio de la O, quitó de la mesa la posibilidad de hacer un refinanciamiento multianual, o al menos no en los siguientes meses que le quedan al sexenio.
OPORTUNIDAD DESPERDICIADA
Las exportaciones extractivas, es decir mineras, cayeron 3.5% en abril y 8.3% en los primeros cuatro meses del año, y fueron casi tres veces menos que las agropecuarias. En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador se jactó de que en su administración no se otorgaron nuevas concesiones mineras porque, supuestamente, les habían concesionado la mitad del territorio nacional, lo cual es ridículo y obviamente falso. El sector minero podría ser otro motor potente de crecimiento para el país, dado que la reconfiguración de las cadenas de valor, la agenda verde, junto con la guerra comercial Estados Unidos-China, hacen muy atractivo el potencial mineral del país y una fuente de ingresos fiscales adicional para el gobierno. Alguien podría preguntarse qué tiene que ver la guerra comercial EU-China y la agenda verde. La respuesta es: plata. El metal precioso es un elemento clave en los paneles solares, y Estados Unidos acaba de anunciar un arancel de 50% a los paneles provenientes de China, que tiene una participación de mercado global de 80%. México es el mayor productor de plata y de algunos elementos esenciales en artículos electrónicos. Estados Unidos quiere opciones ante el dominio chino en esa cadena de valor, pero México está dejando de aprovechar esa oportunidad porque no le gustan las concesiones mineras.
RIESGO Y OPORTUNIDAD
La mayor fuente de divisas de México son las manufacturas automotrices. En abril, tuvieron un sorprendente crecimiento anual de 27%. De acuerdo con Odracir Barquera, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en 2023, las exportaciones automotrices fueron 20 mil millones de dólares superiores a las remesas e ingresos de divisas por turismo, por lo cual son una de las piedras angulares de crecimiento, pero tienen dos riesgos: el riesgo primordial es que las decisiones de inversión pasen de largo porque México no tenga solvencia en infraestructura energética, particularmente en lo que a electricidad se refiere, y porque no logremos adaptarnos a la transformación de la cadena de valor de los vehículos eléctricos. El segundo riesgo es también la mayor oportunidad y se resume en tres palabras: industria automotriz china. La nación asiática tiene una capacidad instalada para producir poco más de 40 millones de unidades anualmente y un mercado de la mitad, por lo cual, con el excedente de 22 millones de unidades, están saliendo al mundo con fuerza, y eso puede afectar severamente a las empresas instaladas en México y sus cadenas de proveeduría. No obstante, BYD continúa avanzando en la instalación de una planta en México, aunque no ha definido la ubicación. Las empresas de origen chino pueden generar más inversión, más proveedores y, por lo tanto, más crecimiento, pero habrá que ser muy cuidadosos para que se respeten las reglas de origen y los derechos de los trabajadores.