En los últimos años, los huracanes simbólicos han afectado al sector turístico mexicano.
Hacer negocios en México es como conducir un barco de tormenta en tormenta, a veces una sacudida por el T-MEC; otras veces, la inseguridad; las crisis económicas, sin embargo, emprender y hacer negocios en el Caribe mexicano es navegar literal y figurativamente entre huracanes. En los últimos años los huracanes simbólicos que han afectado al sector turístico mexicano van desde el sargazo, la desaparición de Fonatur, la inseguridad y, obviamente, la pandemia, y en ese contexto se da la sorprendente historia de Bob Esponja con sombrero charro.
EL BARCO
El barco en el que Bob Esponja llegó a buen puerto en 2021 surgió con Lolita López en 1981 y José Luis Martínez, quienes fueron construyendo durante 40 años y con un capital inicial equivalente a 2 mil dólares Viajes Turquesa del Caribe, que se encargaba de la transportación del turismo internacional que llegaba a Cancún, así como de tours de la mano de Apple Vacations. Diez años después ya tenían sus primeras 100 habitaciones y fueron sobreviviendo, pero sobre todo prosperando entre otras cosas con huracanes como Gilberto, Wilma, la crisis económica de finales de 1994, la crisis económica 2008/2009 y llegando a tener varios hoteles emblemáticos operados desde 2002 a través de Karisma Hotels & Resorts. En algún momento, incluso, adquirieron una línea aérea, así como un canal de televisión y para entonces, la empresa ya se llamaba Grupo Lomas Travel, nombre derivado de López y Martínez. No obstante, una de las pruebas más duras para el barco fue un padecimiento que casi le cuesta la vida a José Luis Martínez en febrero de 2020, quien además de ser uno de los dos capitanes, siempre ha sido un visionario. Así, sin uno de sus capitanes, llegó Grupo Lomas Travel a la pandemia, que significó la crisis más severa que ha padecido la industria turística en su historia reciente. Como consecuencia del confinamiento global, los ingresos de Lomas Travel se fueron prácticamente a cero en un escenario incierto, frente a ello, Lolita junto con su hija Samantha Frachey López-Lira decidieron mantener en la nómina a los más de 5 mil empleados y, no sólo ello, también continuar con el proyecto del hotel de Nickelodeon. Salvar al grupo requirió navegar los compromisos financieros que a ratos parecían hacer que el barco encallara, por lo que incluso tuvieron que soltar lastre.
EL SOMBRERO
Nickelodeon surgió en 1979 como el primer canal de televisión por cable para niños, en 1986 fue comprado por Viacom y a lo largo de su historia fue generando grandes personajes infantiles como Bob Esponja, Dora la exploradora, Paw Patrol, entre muchos otros y por ello no es sorpresa que la travesía hacia el hotel de Nickelodeon en México haya estado caracterizada también por la habilidad para navegar un mapa complejo cuidando conceptos y personajes en el contexto de una empresa global que ha estado en constante transformación y que dio lugar a Paramount Global. Así, todavía en medio de la pandemia, con una inversión de 220 millones de dólares, abrió sus puertas en agosto del año pasado Nickelodeon Hotels & Resorts Riviera Maya. El mérito es enorme porque además en el hotel opera la única tienda Nickelodeon en el mundo, en donde Rogelio Frachey López-Lira, hijo de Lolita y hermano de Samantha, se dio a la tarea de encontrar a los proveedores mexicanos para producir un Bob Esponja con sombrero charro, un Don Cangrejo en artesanía huichola y un sinfín de mercancía con sabor mexicano.
Las personas que hacen negocios en el Caribe son a prueba de huracanes, otro ejemplo es la Shark Tower en Puerto Cancún, edificio que se construyó durante la pandemia, con una inversión de 2 mil millones de pesos por Luximia de la familia Dauajare. Con empresarias y empresarios así, el futuro del Caribe mexicano siempre será luminoso.