Seguramente, estimado lector, habrás visto un aro multicolor en tu WhatsApp. Si has tenido un poco de curiosidad, habrás escrito algo y ello te llevó a tener una interacción con la inteligencia artificial generativa. Cuando a finales de noviembre de 2022 OpenAI liberó ChatGPT, la primera reacción de muchos fue descalificarlo como un chatbot glorificado; otros más decían que era una moda pasajera como tantas otras. Sin embargo, a casi dos años de su lanzamiento, a estas alturas cientos de millones de personas la utilizan. De acuerdo con datos de OpenAI, 350 millones de personas mensualmente usan su servicio, pero a ellos hay que sumar otros varios cientos de millones que utilizan MetaAI, Google y muchas otras compañías.
FENÓMENO CIENTÍFICO
Este año, la Real Academia Sueca de las Ciencias optó por reconocer la potencia de la inteligencia artificial en la transformación de la ciencia. El Nobel de Física fue otorgado a John Hopfield y Geoffrey Hinton por su trabajo al desarrollar redes neuronales y machine learning, que se ha convertido en la piedra angular en el desarrollo de la inteligencia artificial. Al día siguiente, otorgó el Premio Nobel de Química a otros tres personajes vinculados con la inteligencia artificial: Demis Hassabis, fundador de DeepMind, John Jumper, también de DeepMind, y David Baker de la Universidad de Washington. Aunque la asignación del premio de Física fue controvertida, es obvio que la Real Academia Sueca de las Ciencias quiso enfatizar el carácter transformacional de la inteligencia artificial en el quehacer científico.
FENÓMENO TRANSVERSAL
Hay que tener negligencia intelectual o limitantes cognitivas para seguir considerando en pleno 2024 que la inteligencia artificial generativa es una moda pasajera o un fenómeno limitado. Es claro que la inteligencia artificial en general, tanto generativa como no generativa, está transformando y va a transformar aún más el quehacer económico, social y político, así como en su momento lo hicieron la imprenta de tipos móviles, la máquina de vapor, la electricidad o los semiconductores, que tocaron todos los aspectos de la sociedad humana. Sin embargo, como toda transformación profunda, en sus inicios es difícil entender cuáles son las aplicaciones más transformadoras. Geoffrey Hinton, ahora Nobel de Física 2024, dijo que la inteligencia artificial es del calibre de la Revolución Industrial, pero en lugar de exceder con máquinas la fortaleza física, va a exceder la capacidad intelectual.
EL MOMENTO ACTUAL
Las herramientas de inteligencia artificial generativa han evolucionado a tal velocidad que han avanzado más rápido que la capacidad de entender su utilización. Un ejemplo de las capacidades cognitivas de estas herramientas lo ofrece NotebookLM de Google. Esta herramienta es sorprendente y supera en el coeficiente entre velocidad y calidad al 90 por ciento de los humanos y, al mismo tiempo. refleja las paradojas de esta tecnología. Por un lado, el Nobel fue otorgado a tres investigadores vinculados a Google: Hinton, Hassabis y Jumper. Aunque los tres probablemente hubieran seguido investigando y avanzando, es evidente que la infraestructura y presupuesto de la empresa de internet fueron cruciales. Al mismo tiempo, esta semana se dio a conocer que el Departamento de Justicia de Estados Unidos está considerando solicitar a un juez que su fallo por prácticas monopólicas en contra de Google contemple que la empresa se separe en varias unidades.
Por un lado, Google le ha dado a Estados Unidos como país una enorme ventaja innovadora; por el otro, es penalizada en el momento en donde necesita más enfoque para adaptarse a la nueva carrera de inteligencia artificial. Ambos conceptos no deben ser excluyentes, y es obvio que el mundo se beneficia de que las grandes empresas tecnológicas sean cuidadosas con sus estrategias y prácticas de negocios.