Rodrigo Pacheco
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¿Aterrizaje forzoso o suave?

Todavía no hay escenarios de una recesión en EU, pero tampoco nadie anticipó la alta inflación

Como en muchas ocasiones, en este momento económico, el tema de discusión más relevante para México no se da en el país. La pregunta de la que depende, en buena medida el devenir económico de México es, si al descender de la alta inflación Estados Unidos, tendrá un aterrizaje suave o forzoso. El dato más reciente de inflación es 8.3% a tasa anual.

 

De acuerdo con Janet Yellen, secretaria del Tesoro, es posible que su país logre llevar la inflación a su objetivo de 2.0% sin entrar en una recesión, no obstante, Larry Summers, quien también fue secretario del Tesoro y un economista muy influyente, ha dicho que al estudiar la historia económica de los últimos 75 años, la posibilidad de que Estados Unidos tenga una recesión cuando el desempleo está por debajo de 4.0%, al mismo tiempo que la inflación está por encima de 4.0% (es de 50 por ciento al siguiente año, que en este caso sería 2023, y de 75 por ciento en los siguientes dos años).

 

Jamie Dimon, influyente presidente ejecutivo de JP Morgan Chase, planteaba en un foro de su banco que, aunque hoy el cielo se ve azul y en calma, viene un huracán, aunque no sabemos de qué magnitud, ambos mensajes no muy sutiles apuntan a que en los próximos años, nuestro principal socio comercial entrará en una recesión suave o fuerte.

 

En la historia reciente, cada que la Unión Americana entra en recesión, México también lo hace y esta vez no va a ser distinto; de hecho, se puede repetir el viejo adagio que dice que cuando a Estados Unidos le da tos a nuestro país le da pulmonía.

 

PULMONÍA EN 2023 O 2024

 

En las proyecciones todavía no hay escenarios que proyecten una recesión, dado que es muy prematuro y no hay datos con los cuales calcular; lo mismo que el año pasado, nadie anticipó un proceso de inflación récord.

 

En la encuesta de Citibanamex, publicada ayer, la proyección de crecimiento se mantenía en 1.8% este año y 2.0% para el próximo, mientras que el Banco Mundial anticipa un avance de 1.7% en 2022 y de 1.9% en 2023. El Banco de México es más optimista y en su escenario central plantea un avance de 2.2% en 2022 y de 2.4%, en 2023.

 

Hasta ahora en la discusión económica de México no se ha planteado un escenario de recesión que, en caso de ser pulmonía, generaría una presión relativamente fuerte sobre las finanzas públicas y un sexenio no sólo perdido, sino con desempeño negativo, lo cual no se observa desde el siglo pasado. En cuanto a las finanzas públicas, habría que considerar que un desempeño económico negativo en Estados Unidos probablemente terminaría con el ciclo de altos precios del petróleo como ocurrió en la década de los 80 del siglo pasado, cuando Paul Volcker subió la tasa de referencia hasta 20% hasta domar la inflación, metiendo a su país en una recesión con un desempleo de 11 por ciento.

 

Una disminución de los precios del petróleo volvería a presionar los vencimientos de Pemex y, por lo tanto, las finanzas públicas y en ese contexto, las compañías de calificación probablemente reconsiderarían la clasificación soberana del país, lo cual encarecería el endeudamiento. Obviamente, las exportaciones manufactureras se verían afectadas, los ingresos por turismo internacional y probablemente las remesas que se convirtieron en la tabla de salvación de 9 millones de familias en 2020.

 

Las consecuencias políticas de un sexenio con recesión en W, con un centro débil, tampoco se pueden desestimar electoralmente, por lo menos en los estados del norte y en la Ciudad de México. Un ejemplo de ello es que en la capital, Morena perdió la mitad de las alcaldías, lo cual es consistente con el dato de que, junto con Quintana Roo y Baja California Sur, la Ciudad de México fue una de las entidades más golpeadas por la recesión de 2020, al no darse medidas contracíclicas. Mientras tanto, el Presidente decidió hacer un desplante diplomático a nuestro principal socio comercial, que absorbe 82% de las exportaciones.

 

Ojalá el aterrizaje estadunidense sea suave, pero, por precaución, abróchese los cinturones en 2023.

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