Rodrigo Pacheco
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Burbujas y decisión arriesgada de Banxico

Ante las decisiones económicas, monetarias y los movimientos de los mercados de estas últimas semanas, se vuelve indispensable recordar lo escrito por F. Scott Fitzgerald: “La prueba de una inteligencia de primera categoría es la capacidad de mantener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo y aún conservar la capacidad de funcionar”.

 

BURBUJAS Y MERCADOS 

La semana que termina comenzó con miedo en los mercados, interpretaciones sobreextendidas de una inminente recesión en Estados Unidos vinculada a datos aislados u “horóscopos bursátiles”. También hubo “burbujismo” (ver burbujas donde no las hay) en las empresas tecnológicas, lo cual es difícil de sostener cuando se analizan los datos. Entre las caídas de títulos accionarios la semana pasada está el caso de Microsoft, que creció 15% en ingresos trimestrales de 64 mil 700 millones de dólares, con utilidades de 22 mil millones de dólares, pero que no alcanzó la expectativa del mercado en nube, o Amazon, que creció en ingresos 10%, con ingresos de 147 mil millones de dólares mientras el mercado esperaba 148 mil millones de dólares. A esto se suma, en ambos casos, el cortoplacismo trimestral de Wall Street, que no es compatible con un Capex en infraestructura de inteligencia artificial con horizonte de años. En ambos casos, mercados de capital y acciones tecnológicas, el panorama es más complejo, lleno de sutilezas, y es ahí donde se hace evidente la idea de Fitzgerald.

 

MEMORIA DE BANXICO

La Junta de Gobierno del Banco de México decidió bajar la tasa de referencia en 25 puntos base para ubicarla en 10.75%, a pesar de que la inflación general tuvo un fuerte repunte mensual de 1.05%, anual 5.57% y se alejó más del objetivo del 3 por ciento. La última vez que el Banco de México había recortado tasas con una inflación ascendente fue en la decisión del 11 de febrero de 2021, pero la inflación había subido de 3.33% anual a 3.54% en enero de aquel año. La única vez que hubo un recorte con inflación ascendente de más de 5% fue en la decisión del 16 de enero de 2009, cuando la inflación subió a 6.53% desde 5.78%, pero en aquel entonces México había caído 1.6% en el cuarto trimestre 2008. En cuanto al voto disidente de dos miembros, la última vez que ocurrió fue en la decisión del 12 de agosto 2021 cuando Gerardo Esquivel y Galia Borja votaron a favor de mantener y la mayoría de la junta votó por subir 25 puntos base a 4.5 por ciento.

 

LAS RAZONES DE BANXICO

La decisión diferenciada de Banxico tiene dos racionales divergentes, pero compatibles. Los tres miembros de la Junta de Gobierno que votaron por recortar pueden argumentar tres cosas: A) que la desaceleración de la economía es evidente, B) que ante el inminente recorte de septiembre de la Reserva Federal, México no tiene impacto por el diferencial de tasas si adelanta, C) que la inflación subyacente sí está bajando y que el diferencial contra la inflación es de 5.43 por ciento.

Por el contrario, los dos miembros de la junta que optaron por mantenerla sin cambio tienen cuatro argumentos: A) que la inflación remontó de 4.9% a 5.57% y es una mala señal bajar tasas cuando sube la inflación por encima del 5%, B) que la inflación no subyacente puede contaminar al resto en la formación de precios, y cuando se deteriora la expectativa de inflación, C) la acelerada depreciación del peso mexicano puede generar pass through o impulsar la inflación, D) que la incertidumbre política por reformas y elección en EU puede generar más volatilidad que vía el tipo de cambio provoque más inflación.

Creo que los tres miembros de la junta actuaron con audacia y en este escenario considero que sería mejor aguantar y recortar 50 puntos base en septiembre ante el riesgo de tener que zigzaguear y perder credibilidad. No obstante ello, la decisión no lastima la autonomía del Banco de México y como escribió Scott Fitzgerald, hay que ser capaz de sostener dos ideas contrapuestas y seguir funcionando.