Rodrigo Pacheco
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El inversionista famoso

Un buen referente puede ser Henry Ford o Alva Edison, aunque Musk supera al primero

A sus 50 años, Elon Musk es uno de los personajes más influyentes del siglo XXI y va superando a iconos de la última parte del siglo pasado como Bill Gates o del inicio de este como Steve Jobs. Hay que regresar más de un siglo para encontrar figuras de ese calibre que se hayan convertido en titanes económicos por la transformación que hicieron de la sociedad que les tocó vivir.


Un buen referente puede ser Henry Ford o Thomas Alva Edison aunque Musk supera al primero, al detonar el mayor cambio en la historia automotriz al mismo tiempo que propició el mayor cambio de las últimas décadas de la industria espacial. De lograr seguir avanzando en SpaceX y en otras compañías como Neuralink y entidades como OpenAI, el Elon Musk de hoy todavía parece pequeño con el personaje que puede llegar a ser. Cuando el presidente López Obrador se refirió a Musk le costó trabajo pronunciar el apellido, lo cual no es relevante, no obstante, sí lo es que se haya referido a él como un famoso inversionista, lo cual refleja una visión muy limitada porque el emprendedor está influyendo en uno de los motores más importantes de México, al convertirse en el catalizador que detonó la electrificación automotriz.


En México, tan sólo el sector automotriz representa 7 por ciento de la economía. Además, las plantas de Tesla compran insumos de proveedores en México, de tener mejores condiciones, nuestro país podría ser considerado por Elon Musk para instalar una megaplanta tomando en cuenta el objetivo que se ha planteado de producir 20 millones de unidades anualmente. Obviamente con la incertidumbre actual en el sector eléctrico, la posibilidad de que haya una gigafactory en México es muy remota, y de ahí que no es de extrañar que el Presidente no sepa quién es Elon Musk, dado que tampoco se dé cuenta del costo de oportunidad para el país de dichos cambios en un momento en el que se está dando una profunda transformación geopolítica, lo que entraña grandes oportunidades.


LA COMPRA DE TWITTER


Elon Musk se ha colocado nuevamente en el centro de la atención mundial con la adquisición de Twitter, al conseguir 44 mil millones de dólares para sostener la operación. Ésa fue la razón por la cual el Presidente de México se refirió a Musk. Al igual que otras figuras políticas, el líder mexicano se ha molestado con la dinámica de discusión de la plataforma desde hace varios años, sobre todo cuando las tendencias en la red social son críticas hacia su gobierno y por ello, en varias ocasiones, ha señalado campañas en su contra desde Twitter aunque es evidente que hay ejércitos de cuentas que defienden su administración con palabras idénticas. El ataque en contra de Twitter no ha dado los dividendos políticos esperados porque no hay necesariamente sustancia en los señalamientos presidenciales.


EL RETO DE MUSK


El reto de Elon Musk será justo ése, convertirse en el árbitro de un partido, en donde todos lo atacan para ganar popularidad con sus propios equipos. Una de las mejores reflexiones que he leído, a propósito de la tarea que tiene Musk al frente de la red social, es el hilo de Twitter que hizo Yishan Wong, quien fue el presidente ejecutivo y director general de Reddit, entre 2012 y 2014. En dichas ideas, Wong dice palabras más, palabras menos, que las redes sociales se encuentran en una posición difícil, dado que es imposible moderar el contenido de todo el espectro político sin quedar mal con todos.


El problema de las redes sociales como Facebook y Twitter, entre otras, es que se han convertido en la plaza pública de discusión y, para ello, requieren actuar como árbitro de conceptos borrosos con criterios en los que no hay un punto de vista objetivo. A diferencia de los mecanismos de gobernanza públicos, las redes sociales no fueron diseñadas para ello y, por más inteligencia artificial y mecanismos tecnológicos que puedan adoptar, no tienen la legitimidad social para hacerlo porque las empresas no tienen como su modelo organizacional la representatividad de los procesos democráticos. Aunque Elon Musk es un personaje formidable por su visión, inteligencia y capacidad de ejecución, el problema de Twitter es eminentemente social y, por ello, la visión tecnológica está acotada, como lo demuestra Meta, por ello, Musk previsiblemente será aporreado a diestra y siniestra.

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