El mes que comienza marca a los nacidos entre el 22 de julio y el 22 de agosto, quienes pertenecen al signo zodiacal Leo. Según la revista Vogue, las personas nacidas en estas fechas “gozan de un disfrute de la vida que los hace cautivantes. Les encanta brillar, pero no son egoístas con su luz, pues disfrutan de igual manera hacer brillar a los demás”. De acuerdo con la publicación, para ellos es un mes excelente para expresar todo lo pendiente, correr riesgos y ajustar cuentas con el pasado.
Los horóscopos y la lectura de cartas obedecen al Efecto Forer, desarrollado por Bertram Forer a mediados del siglo pasado. En 1948, el psicólogo Forer dijo a sus alumnos que les daría observaciones basadas en un examen de personalidad que les había aplicado. Estas observaciones eran generalidades que aplican a cualquiera y suelen crear identificación. Por ejemplo: “Te gusta disfrutar de tu soledad, pero no te molesta ser el centro de atención” o “Puedes dejar fluir tu agenda, pero también puedes ser detallista cuando la situación así lo demanda”.
PROFETAS
El Efecto Forer no sólo aplica a los horóscopos o las profecías, es muy común encontrarlo en el ámbito financiero. Por ejemplo, a inicios de esta semana, el lunes 5 de agosto, los mercados a escala global experimentaron una caída significativa. No tardaron en aparecer las figuras que se dicen profetas, pero que, hasta ese día, no sabían qué era el carry trade o que el banco de Japón había subido las tasas de interés por segunda ocasión en las últimas dos décadas. En economía y mercados financieros suele ocurrir el hecho y después se asigna la explicación, pero muchas veces la causa más común es el instinto gregario y los “espíritus animales”, como los definió Keynes en su obra Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero.
DATOS E INTERPRETACIONES
Como ocurrió a inicios de esta semana, hay datos que, sumados a las conductas gregarias y los espíritus animales, ocasionaron el desplome, sobre todo, del Nikkei. Sin duda, la decisión del Banco de Japón, tomada el miércoles 31 de julio, tuvo que ver con movimientos en el mercado de divisas que se fueron exacerbando. A esto se sumaron los datos del desempleo de Estados Unidos correspondientes a julio, donde se elevó a 4.3% desde 4.1% en junio. Bajo una interpretación de la Regla de Sahm, que se refiere a un indicador desarrollado por la economista Claudia Sahm, se establece que hay recesión cuando el desempleo se eleva más de 0.5 puntos porcentuales, en promedio, en los últimos tres meses con respecto al punto más bajo de un trimestre de los últimos 12 meses. La propia economista aclaró que su indicador no es una herramienta de pronóstico, por lo que no se debe tomar así. Sin embargo, fue uno de los términos más utilizados para explicar la inminente recesión. A las explicaciones que se asignan hay que añadir la venta de acciones de Apple por parte de Warren Buffett, la supuesta burbuja de la inteligencia artificial, la tensión geopolítica Irán-Israel y, ya entrados en ello, Mercurio retrógrado.
DESACELERACIÓN
Es evidente que Estados Unidos está creciendo menos que el año pasado, al igual que México. Ambos países enfrentan mucho ruido político que genera focos de incertidumbre. No se puede afirmar que una recesión en los siguientes seis meses es inminente en la Unión Americana. China sí está en una situación crítica que puede impactar a varios países que le exportan materias primas, aunque no es el caso de México. A todo ello hay que sumar un escenario internacional frágil. Sin embargo, aunque la adivinación y los horóscopos son inevitables cuando caen los mercados o los precios de algunas acciones, una fórmula para no caer en las explicaciones más burdas y alarmistas es evaluar cuántos datos respaldan las hipótesis y, con ello, moderar el pánico o, incluso, aprovecharlo.