Rodrigo Pacheco
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La era de la policrisis

• El economista e historiador Adam Tooze define la dinámica como varios focos simultáneos de crisis

Cada inicio de mes, el Banco de México presenta la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas del Sector Privado y en ella se establece cuál es el panorama que están viendo las principales casas de análisis económico, en cuanto al crecimiento, la inflación, el tipo de cambio y la tasa de referencia. Considerando las encuestas publicadas al inicio de cada año, únicamente en la de 2011 el pronóstico reflejado en la mediana coincidió con el desempeño que finalmente tuvo la economía aquel año.

 

La mayor parte de las veces, la proyección que hay en la mediana suele ser más optimista que pesimista cuando se confronta el resultado de la expectativa con la realidad de lo ocurrido. En la encuesta que se publicó ayer, 1 de julio, los analistas prevén en la mediana un crecimiento de 1.8 por ciento para este año y de 1.9 por ciento para 2023, lo cual resulta contraintuitivo, al considerar que, a estas alturas del año, es muy tangible la probabilidad de que Estados Unidos entre en una recesión el próximo año como consecuencia del aumento de la inflación y el consiguiente aumento de tasas por parte del banco central de la Reserva Federal.

 

En cuanto a la expectativa que tienen de la tasa de fondeo establecida por el Banco de México, la proyectan en 9.5 por ciento en la mediana para el cierre de 2022, anteriormente estimaban que estaría 75 puntos abajo del pronóstico actual, es decir, 8.75 por ciento.

 

Es llamativo que, a pesar de este ajuste en la tasa de fondeo, la proyección del PIB en 2023 sólo se modificó de 2 a 1.9 por ciento.

 

En cuanto a la inflación, la encuesta reflejó un mayor deterioro en la expectativa, para 2022, el dato pasó de 6.1 a 7.85 por ciento; para el otro año no se modificó tanto, al pasar de 4.34 por ciento a 4.5 por ciento.

 

Desde que comenzó la pandemia, a finales del primer trimestre de 2020 el panorama económico cambió de dinámica con movimientos muy abruptos en los patrones de consumo y la oferta agregada, lo cual ha hecho particularmente difícil hacer proyecciones económicas y, por lo tanto, para los bancos centrales hacer política monetaria. En la semana que termina Agustín.

 

Carstens, en su carácter de director gerente del Banco de Pagos Internacionales, decía en un foro organizado por el Banco Central Europeo que el paradigma cambió y los banqueros centrales tienen que cambiar sus marcos conceptuales, el mensaje fue secundado por su anfitriona Christine Lagarde.

 

  • El economista e historiador Adam Tooze define la dinámica actual como una policrisis, en donde hay varios focos simultáneos de crisis, por un lado los choques de la oferta por los confinamientos en China, la manifestación inflacionaria de la política fiscal de Biden, que convive con los efectos de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La policrisis de 2021 y 2022 va a generar un efecto en cascada de mayor ajuste y cambios geopolíticos que anticipan un periodo de mucha volatilidad con perspectiva negativa. Abróchese el cinturón.

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