Rodrigo Pacheco
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¿Remesas a prueba de recesión?

Uno de los fenómenos económicos atípicos que generó la pandemia fue el comportamiento de las remesas, que se mantuvieron avanzando a niveles récord en 2020, llegando a 40 mil 607 millones de dólares, ello a pesar de que en dicho año Estados Unidos experimentó la mayor caída económica desde 1946, con una contracción de 3.5 por ciento. En 2021, la tendencia récord de las remesas continuó y los datos de la primera mitad de 2022 muestran un avance de 16%, llegando a 27 mil 565 millones de dólares, que es otro hito para un primer semestre.


El fenómeno ha generado suspicacias razonables en cuanto al papel que pudiera estar jugando el lavado de dinero en esta tendencia, sin embargo, hay dos aspectos que contradicen esta posibilidad: el primero es que no sólo México ha tenido un aumento en los envíos de dinero desde el extranjero, durante estos años de pandemia, otros países foco de migración también han experimentado un avance importante en este rubro y, obviamente, dichos países no tienen estructuras criminales tan potentes y sofisticadas como las mexicanas.


De acuerdo con el Banco Mundial, en 2021 los envíos de dinero hacia América Latina crecieron 21.6%, más allá de México, también crecieron las remesas en Guatemala, El Salvador y Honduras, mientras que en Oriente Medio y el Norte de África crecieron 9.7%, en el Sudeste Asiático avanzaron 8 por ciento.


El segundo aspecto es que no hay datos que hagan considerar que los cárteles de la droga mexicanos se hicieron súbitamente 20% más rentables y que ello explicara el aumento en el volumen de las remesas en estos últimos años, aunque es obvio que tendrán alguna participación, pero no superior a la que ya tenían anteriormente.


El impulso de las remesas a México tiene que ver con la naturaleza de la crisis de 2020, dado que los migrantes en Estados Unidos se desempeñaron en las actividades esenciales, como preparación de alimentos, en el sector agrícola, en el sector de salud, ello también se dio en otras geografías como Europa, sin embargo, los trabajadores también se vieron beneficiados por los cheques de estímulo que se repartieron a lo largo de 2020 en el último año de Donald Trump y los cheques aún más generosos de 2021 de la administración Biden, ahí radica, en parte, el problema de la inflación.


La naturaleza misma de la crisis explica también el comportamiento de las remesas, dado que la recuperación económica en 2021 fue muy potente y ello volvió a dar un empujón a los ingresos de los migrantes en Estados Unidos.


Considerando lo anterior, ¿qué ocurrirá con las remesas en caso de una recesión en la economía más grande del planeta? Primero, es necesario diferenciar la recesión de 2020, que fue ocasionada por un súbito confinamiento y la que podría ocurrir a finales de año o principios de 2023, que será producto de un ajuste de las tasas de interés, lo que la hace más típica.


Observando las recesiones anteriores, queda claro que en esta ocasión muy probablemente sí habrá un impacto en las remesas, considerando que en esta ocasión no habrá cheques de estímulo. La caída puede ser compensada parcialmente por el interés que tendrá la Unión Americana en relajar las redadas y acciones antiinmigrantes, dado que en un entorno de alta inflación, los trabajadores que no tienen estatus para trabajar se convierten en un factor que ayuda a contener los precios, sobre todo porque, estructuralmente, el mercado laboral estadunidense padece una persistente escasez.

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