Rodrigo Pacheco
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Zara y la apropiación cultural

Me imagino las caras confundidas de los ejecutivos

Los abuelos solían decir que el ocio es la madre de todos los vicios y digo “solían decir” porque, si tienen nietos urbanos y modernos, seguramente ya los corrigieron por estigmatizar a la maternidad, asignándole el tutelaje del ocio que, claramente, tiene un pronombre masculino y que, a su vez, es estereotipado por condenarlo a ser el origen del vicio, y qué decir del pobre vicio que no es sino el adjetivo discriminatorio para definir actividades excéntricas poco comprendidas.

En fin, con todo y todo, creo que los abuelos y abuelas tienen razón en su dicho y para muestra el comunicado de la Secretaría de Cultura, que decidió pedirle una explicación a la cadena de tiendas Zara, a otra marca denominada Anthropologie y a una empresa nueva que se llama PATOWL. El motivo de la misiva es que estas empresas han incurrido en “apropiación cultural indebida” de diversas comunidades de Oaxaca. En cuanto a Zara, que pertenece a Grupo Inditex, la pieza ofensiva aparece en su página de internet como vestido popelín y en la descripción dice: “Vestido midi con escote de pico y tirantes finos ajustables”. No fue un atenuante el hecho de que tiene 15% de algodón reciclado. El vestido no se ve, a mis ojos, no expertos, muy similar a otros vestidos que aparecen ahí. En cuanto a Anthropologie, que pertenece a Urban Outfitters, la pieza culpable son unos “pantalones cortos bordados Marka”, que son unos shorts que podrían vender en cualquier playa del mundo, y en cuanto a PATOWL, empresa fundada en 2017, la Secretaría de Cultura señaló que diversas camisetas estampadas son: “Una copia fiel de la indumentaria del pueblo indígena zapoteco de la comunidad de San Antonino Castillo Velasco”. Busqué en internet fotografías de la indumentaria de los habitantes de dicha comunidad y pude ver una lejana referencia, aunque en la página de PATOWL también vi unas mariposas que bien podrían significar un robo a las mariposas monarca. Grupo Inditex, que es dueña de Zara, es una compañía fundada por Amancio Ortega, que supo construir un emporio de marcas de ropa que, el año pasado, generaron ventas por 20 mil 402 millones de dólares; mientras que Urban Outfitters es más pequeña, con ingresos, en 2020, por 3 mil 449 millones de dólares y, de acuerdo con su sitio, fue fundada por unos amigos de la Universidad Pennsylvania. En cuanto a PATOWL, se ha hecho famosa gracias al gobierno mexicano, porque no hay muchas referencias de ellos salvo que se fundaron en 2017.

Me puedo imaginar las caras confundidas de los ejecutivos de Inditex y de Urban Outfitters cuando recibieron las cartas, las habrán canalizado a los departamentos de relaciones públicas y, quizá en el caso de Inditex, que tiene un buen presupuesto, dirán que están muy interesados y, si se ponen muy nerviosos, hasta invitarán a los creadores de algunas comunidades a reunirse con ellos; pero francamente lo dudo, porque el vestido infractor no parece tener una relación estética que sostenga el argumento de Cultura. Los ejecutivos de las otras dos compañías guardarán la carta en un cajón con una mueca de burla o de confusión.

Me llamó la atención que la información que encontré de las comunidades supuestamente agraviadas se encuentra en Wikipedia y no en la página de la Secretaría de Cultura, lo que me hizo considerar que tienen mucho tiempo libre y podrían utilizarlo mejor. En vez de enviar cartas de supuestos agravios, deberían armar una página mostrando los valores estéticos y culturales de las comunidades agraviadas y, con un poco inteligencia, podrían conectarlos con la Secretaría de Economía para que les ayuden a potenciar sus diseños con registros de marcas o, incluso, obtener fondos para vender sus productos. Tal vez las comunidades los mirarían con cierta lejanía por su incomprensión de las necesidades que los atribulan día a día. Como dicen les abueles: el ocio es el padre-madre de todes los vicies, como inventar agravies.

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